Tipos de carteras de inversión: guía completa para elegir la cartera adecuada

El conocimiento financiero es clave para comprender el mercado bursátil global y gestionar sus portafolios de inversión de manera eficiente, equilibrando riesgos y beneficios. Una cartera de inversión se compone de activos financieros y no financieros seleccionados estratégicamente para cumplir con las metas de su propietario. En este artículo analizaremos con usted ¿cuál es la importancia de contar con la medición de los riesgos en los portafolios de inversión? También repasaremos los tipos principales de carteras, sus características, niveles de riesgo y aplicaciones prácticas. Al finalizar, tendrá las herramientas necesarias para diseñar una cartera de inversión alineada con sus objetivos, recursos y análisis personal.

Estrategias para formar una cartera de inversión diversificada

Sólo con una elección correcta de la estrategia es posible gestionar de forma competente los componentes de la cartera de inversión. La clave para crear estrategias es reequilibrar periódicamente una cartera de inversión diversificada. En palabras sencillas, cuando el precio de una acción que ha comprado sube, tiene que invertir los beneficios en nuevas acciones u obligaciones. Esto facilita el uso del mecanismo del interés compuesto. Las estrategias se desarrollan en función de los objetivos que se haya fijado y de las oportunidades que le sean inherentes. Al crear su estrategia única, debe tener en cuenta aspectos como: 

  • tipos de activos. Hay muchos activos diferentes en el mercado. Pueden ser acciones, bonos, oro, o efectivo y materias primas. Estos bonos suelen proporcionar unos ingresos constantes, por lo que es importante llenar su cartera con al menos medio por ciento de estos activos. Antes de comprar, merece la pena echar un vistazo al historial completo de la empresa y analizar su futuro;
  • sectores. Se trata de nichos de la economía a los que asignará activos. Para diversificar adecuadamente su cartera, debe intentar asignar activos a distintos sectores que dependan mínimamente unos de otros;
  • divisas. A la hora de invertir determinados activos, merece la pena adquirirlos en la divisa en la que se realicen transacciones con mayor frecuencia. Al fin y al cabo, la facilidad de las transacciones monetarias determinará la magnitud de sus beneficios;
  • la ubicación geográfica. No es necesario centrarse en el país en el que se ha registrado y, por tanto, centrarse en el mercado nacional. Lo mejor es invertir en los países con mayores perspectivas de crecimiento económico;
  • división infraclase de los activos. Aquí hay que mirar desde el prisma de los activos de crecimiento, llenos de potencial, y los activos con rendimientos estables pero bajos;
  • fondos indexados y ETF. Debido a que la diversificación dentro de un fondo indexado ya está predeterminada, permiten obtener buenos rendimientos de forma regular. Aunque una parte del fondo sea negativa en un 50%, la rentabilidad total seguirá siendo positiva. Por ejemplo, a largo plazo, puede esperar una rentabilidad del 7-8% del fondo. 

Si tiene en cuenta todos estos aspectos, podrá elaborar una estrategia competente para administración de portafolios de inversión y diversificar sus activos de forma periódica. 

1. Cartera tradicional: fundamentos y ejemplos

Si consideramos la esencia de una cartera tradicional, ésta consiste en una asignación clásica entre acciones y bonos. Incluso los recién llegados al mercado pueden utilizar esta estrategia. Debido al hecho de que aquí se utilizan bonos, estará menos expuesto a la volatilidad del mercado y a grandes riesgos. No necesita un conocimiento profundo del mercado de valores ni herramientas complejas para aplicarla y supervisarla. Se pueden conseguir altos rendimientos con riesgos mínimos. Por desgracia, aquí sólo se utilizan dos clases de activos en forma de acciones y bonos, por lo que no hay otras vías de manipulación. Si le gusta asumir riesgos, este tipo de cartera no le conviene. Los elementos básicos de una cartera tradicional son 

  • los dos componentes principales de una cartera: acciones y bonos. Las acciones actúan como un activo más arriesgado que proporciona a su propietario un buen potencial de crecimiento de los beneficios. Los bonos son más estables, pero no proporcionan grandes rendimientos en particular;
  • proporciones clásicas de los activos. Se suelen utilizar tendencias de proporción porcentual 60/40. Si usted está más orientado hacia un buen crecimiento y no teme asumir riesgos, puede cambiar la proporción a 80/20. Para aquellos que son más conservadores y prefieren la estabilidad, 40/60 será suficiente. Para entenderlo mejor hay que saber que la primera parte se valora como acciones y la segunda como bonos;
  • pues bien, la cartera se forma en función del objetivo que usted se haya fijado. Puede ser sólo la preservación del capital o puede ser el crecimiento, pero a largo plazo. 

Si nos fijamos en portafolios de inversión ejemplos, podemos considerar un portafolio conservador, un portafolio moderado o un portafolio agresivo. En una conservadora, la parte de renta variable será del 40% y la de renta fija del 60%. Su objetivo es preservar y proteger frente a los riesgos. En una cartera moderada, el porcentaje de la proporción será del 60/40. Su objetivo será equilibrar crecimiento y estabilidad. Una cartera agresiva, en cambio, estará diseñada para maximizar el crecimiento del capital a corto plazo. Este tipo es muy arriesgado pero cada vez atrae a más admiradores. Su proporción será del 80% de renta variable y el 20% de renta fija. 

2. Cartera de acciones: oportunidades y riesgos

La creación de una cartera de acciones conlleva tanto oportunidades de obtener buenos rendimientos como riesgos. Entre los principales figuran 

  • rendimientos elevados. Si se compran acciones en el sector adecuado de la economía, a largo plazo reportarán importantes beneficios a su propietario;
  • la diversificación de las acciones con una buena asignación podrá reducir los riesgos. Tiene la oportunidad de repartir sus inversiones entre diferentes sectores o empresas;
  • ingresos pasivos. Si considera este tipo de acciones como acciones de dividendos, le proporcionarán ingresos regulares y estables;
  • protección contra la inflación al aumentar los beneficios de la empresa cuando suben los precios;
  • flexibilidad ante cualquier cambio en el mercado. Las acciones son activos que pueden comprarse y venderse fácilmente. Así puedes regular su liquidez y adaptarte al ritmo de la bolsa. 

En este tipo de carteras, además de las oportunidades que se presentan, también existen algunos riesgos. Hay que tener en cuenta que el riesgo de mercado siempre es relevante, es decir, que las acciones siempre están sujetas a volatilidad y, en consecuencia, puede dar lugar a pérdidas significativas. Además, si ha concentrado sus acciones en un sector, existe un cierto riesgo de que en caso de crisis en este ámbito pueda reducirse el rentabilidad de los activos. Si la empresa cuyas acciones ha comprado está experimentando algunos problemas dentro de sus competencias, esto podría afectar al valor de los activos. También debe evitar comprar acciones en épocas de inestabilidad económica.

3. Cartera mixta: el equilibrio perfecto

Crear un buen instrumento de inversión que sea resistente a diversos estímulos y flexible en el mercado bursátil es posible gracias a una cartera mixta. Ésta combina diferentes clases de activos en forma de acciones, bonos, inmuebles, materias primas y otras inversiones alternativas. El objetivo principal es equilibrar el riesgo y la rentabilidad. Por lo general, una gestión de portafolios de inversión de tipo mixto implica la diversificación de activos que se comportan de forma diferente en distintas condiciones de mercado.

4. Inversiones alternativas: ¿merecen la pena?

Principalmente, no sólo se refieren al mercado de valores, sino que también le dan la oportunidad de participar en proyectos especiales que no están al alcance de todos. A las inversiones alternativas pueden atribuirse estos tipos:

  • criptodivisas. Activos muy comunes en forma de Bitcoin, Ethereum y otras opciones digitales;
  • materias primas. En los mercados de valores se pueden encontrar tipos tales como oro, petróleo productos agrícolas. Son menos volátiles y por lo tanto se puede obtener un beneficio constante;
  • bienes inmuebles. Siempre es pertinente invertir en inmuebles comerciales o residenciales;
  • fondos de cobertura. Aquí se utilizan estrategias complejas para obtener beneficios. Por lo tanto, no recomendamos a los principiantes que inviertan en este tipo de activos;
  • arte y objetos de colección. Sólo una persona que entienda y aprecie las antigüedades, los cuadros, los coches raros de coleccionista puede dedicarse a este tipo de activos. 

En periodos de alta inflación, algunos de estos activos pueden proteger de forma estable el capital frente a las pérdidas. Pero también hay que tener en cuenta las elevadas comisiones y los riesgos reglamentarios. Si desea aumentar el nivel de rentabilidad a expensas del riesgo potencial, ya tienen suficiente experiencia en el uso de los activos, entonces, por supuesto, vale la pena participar en inversiones alternativas. 

5. Carteras de renta fija: estabilidad a largo plazo

Tales activos incluyen principalmente bonos, depósitos, cuentas de ahorro, fondos de bonos, rentas vitalicias. Sobre diferentes diversificación de portafolios de inversión ejemplos se puede ver que este tipo proporciona un flujo estable de ingresos y pagos regulares, reduce el riesgo de pérdidas diversas, cumple la función de protección del capital. 

Si los tipos son fijos, existe el riesgo de reducir el valor real de los ingresos en caso de inflación. Si se utilizan distintos instrumentos de deuda, también existe la amenaza de impago del titular del bono. En comparación con las acciones u otros activos estándar, el rendimiento es mucho menor en este caso.

Consejos para elegir la cartera de inversión adecuada

Si se plantea la cuestión de elegir la cartera de inversión adecuada, debe prestar atención a distintos factores influyentes. Veamos los pasos básicos que le ayudarán a confeccionar una cartera de inversión competente:

  1. En primer lugar, determine sus objetivos financieros y, a partir de ahí, qué tipo de cartera debe reunir. Éstos pueden ser a largo, medio y corto plazo.
  2. Determine el nivel de riesgo que está dispuesto a asumir. Esto determinará su tipo y estilo de negociación. Así, puede considerarse un inversor conservador, moderado o agresivo. 
  3. Determine usted mismo qué estrategia está dispuesto a utilizar para la asignación de activos. Puede utilizar la diversificación, con la que invierte en diferentes clases de activos o sectores. Esto reduce considerablemente el riesgo. Puede asignar por regiones, especialmente si utiliza activos de distintos países. No te olvides del reequilibrio, con el que revisas periódicamente la composición de su cartera en función de la situación actual del mercado. 
  4. Estudie a fondo los tipos de portafolios de inversión. Ya hemos dicho que los hay tradicionales, de renta variable, de renta fija, mixtos y alternativos.
  5. Siempre hay que analizar y tener en cuenta las condiciones del mercado. Es mejor aumentar las acciones durante los periodos de crecimiento económico. Si el mercado es inestable, es mejor centrarse en el oro o los bonos.
  6. Si no está seguro de sus conocimientos, es mejor consultar a asesores financieros, utilizar soluciones automatizadas o fondos de inversión con carteras ya creadas.
  7. Empiece a probar estrategias con un capital mínimo. Es importante probar versiones demo de plataformas o cuentas. De esta forma podrá asegurarse fácilmente de la estrategia que ha elegido.

Con todos estos pasos, podrá crear fácilmente una cartera de inversiones que será exactamente lo que usted espera que sea.

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